La comunicación mobile-first creó una cultura de “rápido y fácil”—pero el correo profesional y la propiedad de dominio son esenciales para la credibilidad y el crecimiento.
La transformación digital de México siguió un camino diferente al de muchos países de mayores ingresos. El correo electrónico nunca se convirtió en el canal de negocios predeterminado para la mayoría de las PyMEs, emprendedores y organizaciones de la sociedad civil. El país pasó rápidamente a un mundo mobile-first donde WhatsApp y Facebook Messenger se convirtieron en las herramientas principales de comunicación. Rápido y fácil se volvió normal. La formalidad profesional nunca tuvo oportunidad de arraigarse.
Este resultado fue moldeado por factores de infraestructura e históricos. El control prolongado de Telmex sobre las redes de telefonía fija hizo que el acceso temprano a internet fuera lento y costoso. Cuando la conectividad finalmente se expandió, llegó a través de smartphones, no de computadoras de oficina. Los negocios, profesionales independientes y OSC construyeron sus operaciones sobre aplicaciones de chat en lugar de direcciones de correo con su propio dominio. Meta se convirtió en la infraestructura de facto para la comunicación empresarial.
Las consecuencias son visibles en todos lados. Los números telefónicos reemplazan a los sitios web. Los acuerdos con clientes viven en hilos de chat que desaparecen. El historial de clientes se esfuma cuando alguien cambia de teléfono. Las capturas de pantalla sustituyen las confirmaciones firmadas. La comunicación es rápida, pero la memoria institucional y la rendición de cuentas son débiles. Funciona hasta que deja de funcionar.
Gigantes corporativos como Google y Microsoft reconocen la brecha y promueven una idea simple y válida: usar el dominio propio de tu empresa para el correo profesional (por ejemplo, tunombre @ tuempresa.com). Hacerlo mejora inmediatamente la credibilidad, confiabilidad y el mantenimiento de registros. La preocupación es que muchos adoptarán estas herramientas sin una verdadera propiedad de sus sistemas de comunicación. El profesionalismo mejora, pero la dependencia de plataformas globales permanece.
El problema central es simple. Cualquier organización que no sea dueña de su identidad de comunicación principal está parada sobre terreno frágil. Usar WhatsApp como tu “oficina” es conveniente—pero no es el negocio. De manera similar, enviar contratos y facturas desde direcciones como tunegocio @ gmail.com o tunombre @ hotmail.com señala que tu operación no está completamente lista para alianzas formales, inversión o colaboración internacional.
Las grandes empresas mexicanas adoptaron dominio propio y correo corporativo desde el inicio—no por moda, sino porque entendieron que la infraestructura de comunicación profesional es fundamental para la credibilidad institucional. Esa misma lógica aplica a organizaciones de cualquier tamaño.
Las pequeñas empresas, profesionales independientes y organizaciones de la sociedad civil de México merecen una cultura digital más profesional. Los sistemas de comunicación deben demostrar compromiso, confiabilidad y continuidad.
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Nota de transparencia sobre el uso de IA: El autor definió todos los conceptos centrales, la dirección y los parámetros de este trabajo. En la elaboración del artículo “Profesionalismo digital: más allá de lo rápido y fácil” se utilizó inteligencia artificial como apoyo en redacción, edición, refinamiento y apoyo de investigación. Las herramientas empleadas incluyen ChatGPT y Claude. Todo el contenido generado con IA fue revisado y validado cuidadosamente para garantizar su exactitud y pertinencia. El autor mantuvo el control total sobre las decisiones editoriales y el resultado final.


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