Ilustración del CFDI que favorece a las grandes corporaciones

Cómo el sistema de facturación electrónica en México favorece a los grandes

El sistema de facturación electrónica en México, gestionado por el Servicio de Administración Tributaria (SAT), tiene como objetivo principal mejorar el cumplimiento fiscal y la transparencia en las transacciones. A través de los Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI), el SAT puede monitorear operaciones en tiempo real, reducir la evasión de impuestos y asegurar un mejor control fiscal.

Este sistema busca automatizar procesos, simplificar auditorías y consolidar la información financiera para detectar irregularidades de manera más eficiente. También promueve la formalización de la economía al incentivar que las empresas operen dentro del marco legal, ampliando así la base de contribuyentes y fomentando la transparencia en las transacciones comerciales.

Otro de sus objetivos clave es modernizar la administración fiscal, alineándola con las mejores prácticas internacionales y promoviendo el uso de la tecnología en las operaciones empresariales. En teoría, todo esto permite al SAT recaudar más recursos para financiar servicios públicos esenciales.

Sin embargo, este sistema también representa varios retos para las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) y para las personas contribuyentes. Los altos costos de cumplimiento son una carga importante, ya que muchas deben invertir en software especializado o contratar contadores para manejar la complejidad del sistema. Además, los cambios frecuentes en la normativa y la necesidad de conocimientos técnicos hacen aún más difícil cumplir con las obligaciones fiscales, sobre todo para quienes no tienen personal capacitado.

También se incrementan las cargas administrativas, ya que preparar facturas y corregir errores puede consumir mucho tiempo. Las barreras tecnológicas, como el poco acceso a internet o el desconocimiento de herramientas digitales, afectan especialmente a comunidades marginadas o a negocios pequeños. Además, los errores en la facturación o los retrasos pueden afectar el flujo de efectivo, dificultar el acceso a créditos y exponer a los contribuyentes a multas o auditorías.

En este sentido, el sistema de facturación electrónica puede considerarse como un modelo que favorece a las grandes empresas frente a las MiPyMEs y personas contribuyentes, debido a las diferencias en recursos y capacidades. Las grandes corporaciones pueden absorber mejor los costos de cumplimiento, ya que tienen infraestructura, personal especializado y mayor capacidad de adaptación.

Aunque el sistema fomenta la transparencia y el cumplimiento fiscal, su complejidad afecta de manera desproporcionada a los pequeños contribuyentes. Esto resalta la necesidad de que el SAT adopte un enfoque más inclusivo para lograr condiciones más equitativas. Tal como está implementado hoy, el sistema de facturación electrónica crea barreras para el desarrollo de negocios en zonas rurales y comunidades con menos recursos, debido a la falta de tecnología, limitaciones económicas y requisitos complicados. Los altos costos y las cargas administrativas desalientan a los negocios informales a formalizarse y limitan sus posibilidades de crecimiento. Las actualizaciones frecuentes y las desigualdades estructurales favorecen a las grandes empresas, dejando a las pequeñas en desventaja. Estos desafíos frenan la movilidad económica y profundizan las desigualdades existentes.

Este artículo ha sido traducido al español del artículo publicado enwww.bethics.com/como-el-sistema-de-facturacion-electronica-de-mexico-favorece-a-los-grandes el 16 de noviembre de 2024.


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